lunes, 10 de febrero de 2014

Demasiadas preguntas...

Esta entrada es, o va a ser, atípica para este blog. En lo posible intento escribir sobre cosas o momentos amenos o hechos que me parece vale la pena destacar pero hoy no, en estos días me están dando vuelta por la cabeza una serie de preguntas que por ahora son sólo eso preguntas, no les encuentro respuestas y eso no me gusta, como buen curioso no me conformo con las preguntas... Quiero las respuestas o, al menos, una aproximación a ellas.

Tal vez por esa razón nunca me hago preguntas muy importantes, nada de ¿cual es el objeto de la vida? o ¿para qué estamos sobre la tierra?

Ninguna pregunta sobre temas trascendentales. Por otra parte a esas enseguida les encuentro las respuestas, como todo ser vivo "nacen, crecen, se reproducen y mueren".

¿Qué cuales son las preguntas que merecen tanto preámbulo?... Bueno, larguemos...

¿Qué motivo lleva a una nación, a una sociedad, un pueblo a vivir siempre fuera de la ley, a no respetar reglas, a aceptar la corrupción como algo normal?

¿Por qué si una sociedad está formada por individuos que tomados de a uno son gente de bien, al menos en su mayoría, cuando los juntamos el resultado es un colectivo que no respeta normas?

¿Qué lleva a una persona a convivir con la inmoralidad y la injusticia y tomar esto como normal?

¿Por qué gente que se levanta todos los días, va a su trabajo, lo realiza lo mejor que sabe y puede, paga sus deudas y los impuestos, cuando ve que otro infringe la ley sin ningún empacho lo acepta?

¿Es esto igual en todos los países o a mi me tocó vivir en una excepción?

Casi todas las personas de mi entorno son buena gente, no roban, no matan, tienen su trabajo, educan a sus hijos pero... llegan a una esquina donde un tipo de unos veinte años, sin problemas físicos, nada que les impida trabajar, con un balde de agua sucia y el clásico "cepillito" les pide plata para ensuciar el parabrisas del auto. A un costado de los baldes de agua sucia podemos ver las botellas de cerveza o vino o cualquier otra bebida, el susodicho viene con el cigarrillo en la mano, zapatillas de marca y el verso de que es para los hijos que tienen hambre. Evidente la mentira pero la persona honesta que va en el auto busca el dinero y se lo da... "Pobre gente, pasan necesidades..." Se excusan.

¿Qué lleva a estas personas honestas a claudicar ante la intimidación de estos personajes que es vox populi que están organizados en grupos cuasi delictivos cuando no delictivos?

Lo mismo con los organizadores de estacionamiento en lugares en los que hay que pagarle a la municipalidad para estacionar el auto aparecen estos tipos a exigir les pagues para "cuidar" el auto ¿Cuidarlo de quien, si los que están en la calle son ellos?

Cuando un grupo se le ocurre hacer algún reclamo ¿Qué hace? Corta una avenida, una ruta o hasta una autopista. El ciudadano decente se encuentra encerrado en uno de estos cortes y ¿Qué hace? Espera, más o menos ofuscado, podrá protestar a los gritos, tocar bocina pero lo acepta...

Tal vez el motivo del reclamo sea justo pero ¿Dónde va a parar la legitimidad de un reclamo cuando el método está en contra de la ley? Peor aun ¿Es legítimo un reclamo cuando la protesta afecta el derecho de otras personas? Dejemos de lado el respeto a las leyes ¿Y el respeto al prójimo?

¿Es honesta una sociedad que se rige con códigos carcelarios?

¿No nos convertimos en cómplices al dejar actuar a un delincuente y no denunciarlo?

Pero claro si abrís la boca sos un "buchón", un alcahuete, esos son téminos que se usan dentro del ambiente criminal, no en la vida diaria de las personas. Sin embargo ya desde la escuela esos son códigos que rigen a la sociedad, "no vayas a contar lo que viste hacer mal a otro porque sos un alcahuete". El chico que se le ocurre abrir la boca ante los maestros en contra de algún condiscípulo que hizo una travesura, por inocente que sea seguro que después la pasa mal l resto de su vida escolar y así se va trasladando toda la vida en sociedad, vemos actuar mal a otro pero debemos callar.

¿Es así cómo debe comportarse una sociedad?

¿Lo correcto no sería intentar corregir al que se equivoca?

No, en lugar de eso nos habituamos a lo malo y de tanto aceptarlo pasa a ser "normal" y de esa manera hasta al fin deja de estar mal, por usos y costumbre.

Ya es normal cruzar con el semáforo en rojo, es normal estacionar a doble fila, son normales los escapes de las motos que aturden las 24 horas, son normales los vendedores sin permiso ocupando las veredas, son normales las faltas de respeto a los maestros, es normal ver a adolescentes borrachos por la bebida que le venden a cualquier hora en lugares que ni siquiera están habilitados para la venta de alcohol.

Todo esto pasa delante de todos y ninguno hacemos nada, ya cuando escuchamos que han robado a alguien la frase que se escucha es "al menos no lo mataron..."

Y todo esto sin meterme con la corrupción en el gobierno de turno, dejo, al menos hoy, de lado a los funcionarios. Me refiero sólo al hombre común...

Demasiadas preguntas y entre todas me llevan a una última que es la que más me preocupa y a la que menos respuesta le encuentro... O tal vez no quiera encontrar...

¿A dónde va a esta sociedad?

9 comentarios:

  1. Ufff, qué cantidad de preguntas!!! Como yo lo veo, tanto a nivel individual como a nivel de comunidad nos enfrentamos a problemas serios. Todo va de camino a resquebrajarse, obviamente algo está fallando. El caso es que las personas nos sentimos cada vez menos realizadas y tampoco sabemos cómo solucionarlo. El mundo que conocemos no parece tener respuestas porque los modelos que antes nos funcionaban, han dejado de hacerlo. Lo cual eso se traduce en una desesperante falta de sistema de referencia...

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    1. Gracias Marybel,
      yo, como dejé planteado en la entrada, no tengo las respuestas, es evidente que la sociedad como colectivo tampoco pero me hago otro planteo más ¿No somos más las personas de bien que las otras? ¿Por qué nos conformamos? Creo que más vueltas le doy al asunto más lo enredo...
      Supongo que pasados unos días de este "desorden" todo volverá a su curso...

      Un abrazo.

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  2. No sé en qué ciudad vivas tú pero pareces retratando la mía. Hay algunas de tus cuestiones que también he indagado. Acá es muy común encontrar chicos que viven en los semáforos, o mejor, familias enteras que lo hacen, pero a diferencia de la tuya me temo que no vemos a la gente bebiendo o usando zapatillas de última moda. La mendicidad es una realidad aplastante, y esos oficios son desempeñados, en su mayoría por jóvenes a quienes se les han negado otras oportunidades. Para dónde vamos se puede saber por la inclinación de la curva. Saludos

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    1. María,
      vivo en Argentina, cerca de la ciudad de La Plata, Buenos Aires.
      Por acá también hay mendigos que son pobres en serio pero esos no creo que entren en mi debate, me refiero más a los que pudiendo ser mejores se quedan del lado malo, se marginan solos, los que son marginados por el sistema no tienen por lo general la intención de hacer daño al resto.

      Un abrazo.

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  3. Es el reflejo de una sociedad cuyo espejo actual es la falta de respeto, si nuestro espejo varia al respeto somos unos anticuados, por que esa son cosas de viejo ¡y! ¡VIVA LOS VIEJOS!..

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  4. Uf... Bueno, algunas de ellas se podrían alinear en la diatriba sobre la bondad innata del hombre o su licantropismo, en los términos que plantearon Hobbes, Locke y Rousseau acerca del Estado.

    Más allá de eso, impresiones personales. A la gran pregunta final, mis respuestas no son muy alentadoras. Más bien lo contrario.

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    1. También opino que hay buenos y malos por naturaleza pero pienso o quiero pensar, que los buenos son más que los malos, lo que me lleva a otro interrogante ¿Por qué el poder lo ostentan siempre los malos? ¿O es que el poder los transforma?
      Ya me estoy metiendo con el poder y en realidad lo que quiero es saber que pasa con la gente común, que la lleva a la desidia de aceptar lo que venga.

      Un abrazo.

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    2. Lo que creo es que nos hemos dormido. En vez de presionarnos para que no se oigan las voces de protesta, nos crean plataformas, nos dan voz, nos ponen los medios... Y creemos que por fin nos oyen... Pero no nos engañemos. Somos un montón de tarados predicando en el desierto.

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    3. Por fin encuentro a alguien más pesimista que yo...
      No, en serio, es cierto que tenemos más posibilidades de comunicación pero esta es entre nosotros, los que pensamos parecido, las mismas redes nos van decantando y escuchamos las opiniones que se asemejan a las nuestras. Los que quisiéramos que nos escuchen ni siquiera pasan por nuestros sitios.

      Gracias por pasar y sigamos intentándolo, un abrazo.

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