
Pero...
Ella está ahí... No la veo... No la oigo... La presiento...
Conozco su perfume... Siento su olor...
Sonriendo camino despacio a la cocina... La cena será en otro momento, por ahora a la heladera.
Sigo a oscuras y en silencio hasta el dormitorio, lentamente dejo mi ropa y voy a ducharme. Me tomo mi tiempo, como si estuviera solo y sin nada que hacer...
Apago la luz antes de salir del baño, no quiero iluminar el cuarto. Voy hacia la cama y al llegar al costado me arrepiento y retrocedo a los pies.
De un tirón saco las sábanas y mi boca atrapa un pie, el otro lo sostengo en mi mano.
Con mi lengua cuento los dedos... tres... cinco... diez... Ya siento sus suspiros.
Con los primeros temblores comienzo a subir, primero hasta una rodilla... la otra...
Al llegar a su boca atrapo en la mía los gemidos de un nuevo orgasmo, se vienen sucediendo desde que las piernas dejaron de ser piernas en el recorrido ascendente de mis labios y mi lengua...
Ya en su interior siento el comienzo del que va a ser el punto álgido del placer, lo marcan los gemidos, la contracción que me aprieta y me sostiene dentro de su cuerpo y al llegar, la flexión de su espalda. Sacude la cabeza impidiéndome comer sus gritos de placer...
Al borde de mi propio clímax me dejo caer a un costado... Su respiración empieza a normalizarse...
Espero su respuesta...
Una sorpresa !!! Genialmente escrito !!!! Me encanto.....Leiste "Pajaritos" de Anais Nin ?
ResponderEliminarGracias...
EliminarNo, no lo leí y la sigo pero se pasó. Ahora lo busco
Un abrazo.
Estaba con la cabeza en otro lado... Anais la escritora... Tengo algunos cuentos y me gusta, una audaz para su época.
EliminarUn abrazo.
Lo inesperado y ese tiempo de suspenso antes del encuentro llena la mente de fantasías y da lugar al pleno placer.
ResponderEliminarSensualmente precioso!!!
Cariños…
Muchas gracias Lady!
EliminarUn abrazo.
Me encanto. Genial, me hiciste reír y evocar. Muy bonito. Saludos
ResponderEliminar¿Evocar? Hum...
EliminarEso me despierta la curiosidad...
Un abrazo.