Las manos no se quedaron quietas ni un momento, no
faltaron besos y hasta caricias casi irrespetuosas para cualquiera que no
entendiese el juego…
¿El objetivo? Simple…
Llegar a la noche con más ganas de…
Ya estoy acostado, la oigo venir y cierro los ojos.
- ¿Dormido?
No contesto. No vuelve a
preguntar. Escucho como se saca la ropa, el roce de la tela en su piel, sé que
no trae mucho, acaba de bañarse y siento el olor del champú y de su piel
fresca.
Imagino su pelo mojado cayendo ya sobre sus senos
desnudos que al contacto de esa fría humedad se yerguen desafiantes.
Siento su duda… ¿duerme o simula?
Se acerca a la cama sigilosa, no está dispuesta a desperdiciar toda la excitación que provocaron
nuestros juegos durante el día.
El roce del pelo mojado contra mi pie casi me hace
saltar y terminar el juego pero logro contenerme, quieto, callado…
Los labios van envolviendo cada uno de mis dedos,
primero un pie… el otro… los levanta y apoya contra su pecho, se acaricia los
pezones con toda la planta de mis pies…
No puedo disimular la reacción de mi cuerpo, sé que me
está mirando pero no me permito abrir los ojos, siento esa mirada cargada de
lujuria que me enloquece pero yo comencé este juego y quiero prolongarlo lo más
posible, que me provoque y ver hasta dónde llega cada uno.
Mientras siento la boca recorriendo mis piernas las
manos se adelantaron y juegan en mi sexo… Ahora son sus labios… Ya están en mi
cuello y avanzan hacia los míos…
Cuando me hace entrar en ella abro los ojos y los fijo
en los suyos…
En las dos bocas se dibuja una sonrisa…
La de ella de triunfo… La mía de placer…
Hermosas composiciones como éstas, ratifican lo que todos suponíamos y es que el erotismo, no la pornografía, es una cuestión de estética...en lectura.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias!
ResponderEliminarMarybel me haces poner colorado co los elogios...
Un abrazo.
Muy bonito el escrito, muy sensual :)
ResponderEliminarUn beso grande.
Gracias. Un honor que me leas y comentes.
EliminarUn abrazo.